Ciencia de la hormesis ¿El eslabón perdido?

Ciencia de la hormesis ¿El eslabón perdido?

El origen exacto de la palabra “hormesis” proviene del término griego antiguo “hormáein”, que literalmente significa “estimular” o “poner en movimiento”. Se considera que el primero de los pioneros de la hormesis fue Paracelso (1493-1541), y de acuerdo con su trabajo en el campo de la toxicología, propuso que los efectos fisiológicos de una sustancia son principalmente una cuestión de dosis. Durante siglos, se ha sugerido (y practicado) que los factores estresantes en dosis bajas podrían ser beneficiosos para la salud a largo plazo. Esta opinión fue compartida por el filósofo alemán Friedrich Nietzsche (1844-1900), quien hizo la famosa declaración (traducida) “Lo que no nos mata nos hace más fuertes”.

Desde una perspectiva evolutiva, la hormesis surgió como resultado de la necesidad de los seres humanos y de los animales de adaptarse a condiciones ambientales desafiantes. Las propiedades nocivas de los fitonutrientes de una planta en particular pueden desempeñar un papel vital para disuadir a los insectos y otras plagas de comerla. Sin embargo, cuando los seres humanos consumen dosis relativamente pequeñas de estos ingredientes botánicos, los fitonutrientes no son tóxicos; de hecho, pueden inducir una respuesta de estrés celular leve que desencadena una adaptación posterior para apoyar la integridad y la resistencia celular.

Las investigaciones realizadas revelan que las vías horméticas activadas por fitonutrientes implican cinasas y factores de transcripción. Éstos estimulan la expresión de genes que codifican enzimas antioxidantes, proteínas chaperonas, enzimas de fase 2, factores neurotróficos y otras proteínas citoprotectoras. De suma importancia es la vía Nrf2-ARE, que es ampliamente considerada como el “interruptor maestro” para los sistemas de desintoxicación y antioxidantes.

Hay numerosos ejemplos de estímulos horméticos como el ayuno intermitente, la restricción calórica, los fitonutrientes específicos (polifenoles), el ejercicio, las técnicas de respiración, las dosis bajas de radiación (exposición al sol) y la tradición nórdica de la sauna y los baños de hielo. Estos son reconocidos por sus beneficios para la salud, ya que mejoran la resistencia, aumentan la vitalidad y también pueden mejorar la longevidad.

Utilizando la complejidad y la sinergia de la naturaleza como punto de partida, NORDIQ Nutrition aplica los principios de la hormesis para desarrollar formulaciones botánicas y de múltiples nutrientes incomparables. A través de la cuidadosa selección de materias primas de alta calidad, formulan utilizando un enfoque basado en sistemas, dirigido a la salud y la vitalidad mediante la promoción de la función y la eficiencia mitocondrial.

Al seleccionar algunos de los ingredientes botánicos y alimentos integrales más ricos en fitonutrientes de la naturaleza, han desarrollado la “mezcla hormética NORDIQ”, una combinación sinérgica de ingredientes botánicos que proporcionan un estímulo hormético al “interruptor maestro”, NrF2. Esta intervención nutricional, junto con otros factores estresantes de baja potencia, como el ejercicio, el ayuno y la exposición a la temperatura (sauna), etc., puede ser el “eslabón perdido” para una salud y un bienestar óptimos.

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