Natural, orgánico, limpio, ecológico, no tóxico: todas estas palabras se utilizan para describir el enorme movimiento hacia una industria de la belleza más transparente. Las conversaciones sobre este fenómeno van en aumento, siendo una tendencia al alza incluso en las grandes marcas de cosmética comerciales.
Sin embargo, según la marca, la empresa o la publicación, la definición de «natural» varía. Sin un significado claro, el lavado verde o más conocido como greenwashing tiene la capacidad de correr desenfrenadamente y muchos cosméticos promocionados como “naturales” realmente están muy lejos de serlo.
Para la mayoría de las personas, cuando se habla de cosmética natural entienden que la belleza natural se refiere a los productos cosméticos y para el cuidado de la piel elaborados sin ingredientes que se haya comprobado que son dañinos para las personas o el medio ambiente. Además, se utilizan ingredientes y extractos vegetales beneficiosos para el organismo.
Cómo los productos de belleza convencionales versus los naturales afectan nuestra salud
Una de las diferencias más evidentes entre los productos de belleza convencionales y los limpios es la atención a los ingredientes. Al igual que la industria alimentaria, las marcas de belleza tradicionales han estado vendiendo productos con listas de ingredientes increíblemente largas durante años.
Además, muchos de esos ingredientes tienen nombres complicados, lo que hace que la lista sea difícil de comprender para el consumidor.
Muchos vigilantes y defensores de la belleza natural han descubierto que estas listas confusas esconden productos químicos tóxicos. Durante la última década, escándalo tras escándalo se ha puesto en duda múltiples compuestos como los parabenos, los ftalatos y el SLS (laurilsulfato de sodio), que se usan en el cuidado de la piel y el cabello.
Debido a esta creciente consciencia, las marcas de belleza natural han comenzado a dominar la industria promocionando alternativas más saludables.
Sin embargo, en este punto es donde la trama se complica: la industria de la belleza, incluida la industria de la belleza natural, se autorregula en gran medida, y actualmente en Europa no existe una regulación que defina qué es la cosmética natural.
Es posible que no sean conocidos los ingredientes de los productos de belleza convencionales, pero tampoco siempre se sabe la verdad acerca de todos los que se autoproclaman «naturales».
Si bien el lavado verde se usa a menudo en referencia a la ropa, el concepto también causa estragos en la cosmética.
Cómo los productos de belleza convencionales versus los naturales afectan el medio ambiente
Junto con los problemas de salud relacionados con la industria de la belleza, los productos tradicionales generan una gran huella de carbono.
Los ingredientes que se encuentran comúnmente en los productos de belleza convencionales, como la silicona, no solo son malos para la salud sino también perjudiciales para el medio ambiente.
El impacto ambiental más significativo es cómo se extraen o fabrican los ingredientes tradicionales, independientemente de si son naturales o no.
Por ejemplo, el aceite de palma es una sustancia natural, aunque los métodos utilizados para cosecharlo a menudo despojan la tierra, dejando tras de sí la destrucción.
Algunas marcas de productos de belleza natural seguirán usando aceite de palma, pero especificarán el uso de aceite cosechado por empresas que tienen políticas sin deforestación, sin desarrollo de turba y sin explotación.
Muchas marcas naturales dan un paso más para garantizar que su abastecimiento sea sostenible, aunque la pandemia ha puesto a prueba las cadenas de suministro.
Tampoco se puede olvidar el embalaje. Según Fortune, solo el 9% del plástico del mundo se ha reciclado desde 1950, y la industria crea más de 120 mil millones de unidades de paquete cada año. Todos estos envases contribuyen al desbordamiento de los vertederos, la contaminación plástica de los océanos y la epidemia de microplásticos.
La mayoría de las marcas de belleza limpias se han encargado de encontrar alternativas sostenibles a los envases derrochadores, como los envases de vidrio reutilizables o el uso de materiales reciclados. Sin embargo, este no es el caso en todos los ámbitos, por lo que es útil investigar antes de realizar una compra.